Ya estoy en camino.

.



- ¿Qué vas hacer? –la voz.
- ¿Quién habla? – Él responde.
- ¿Cómo quién habla? – nuevamente esa voz.

Miró rápidamente la pantalla del celular para luego cerrarlo. Observó nuevamente el revólver y antes de tomarlo sonó de nuevo. Lo miró extrañado y se cuestionó si lo había apagado; Lo tomó nuevamente mirando su pantalla sólo podía ver una luz muy blanca, la cual titilaba al ritmo del sonido de llamada. Indudablemente estaba apagado, pero funcionaba igual.
Su mirar alternó en el arma y el celular, que todavía su mano derecha sostenía. Otra vez lo volvió abrir y temerosamente lo llevó a su oído.

- Bueno… por fin! –dijo una voz.

Se mantuvo en silencio.

- Óyeme… ¿quién te crees qué eres para quitarnos la oportunidad?

Recostó su espalda en el respaldar del sillón. Bajó el celular y lo miró.

- ¿Quién soy? – se preguntó entre dientes.

Llevó nuevamente el aparato a su oído y dijo:

-
Disculpa pero estás equivocado.
- Ése revólver complicara las cosas. –escuchó que le advertía esa voz.

Volvió a mirar al aparato y lo encendió. La luz desapareció y con ella esa voz. Lo dejó nuevamente a su derecha y luego de soltarlo tomó decididamente el arma que había elegido para cegar su vida. Abrió la boca e introdujo la punta del caño sobre su paladar. Su mano dejó de temblar y acariciando el gatillo pensó en no pensar en nada. Cerró los ojos y tomando aire…

…Y nuevamente sonó el aparato. Lo obligó a agachar la cabeza y a posar su mirada en la pantalla del mismo; ya no había una luz, era una simple llamada. Sacó de su boca el caño del revólver y lo soltó suavemente frente a él y tímidamente atendió la misma.

- Hola… -dijo con voz débil y temblorosa.
- Hola, soy yo…Tontín. – dijo ella.

Sólo había alguien en el mundo, en el universo que en algunas ocasiones muy íntimas le había llamado así.

-
¿Quién eres?
- …ya no te acuerdas de mí?

Se quedó unos segundos congelado y a la vez pujó por salir de la parálisis de la situación.

-
Hace mucho que quería llamarte, pero no podía encontrarte y… no sabía tu celular. Pero recién me encontré con tu tío y me animé a preguntarle tu número. Y pensé que… - siguió diciendo ella.
- ¿Qué?
–preguntó él tragando saliva.
-
Que… si te gustaría venir, a tomar una café. Hace tanto que no nos vemos. –y preguntó- ¿Estabas por irte?

Él comenzó a reír a reírse a carcajadas. Ella también comenzó a reírse sin saber porque.


- La verdad que casi, pero… ¿Dónde estás? – dijo él.
- En el lugar de siempre. – dijo ella.
- Gracias.

Sus ojos se llenaron de lágrimas.


- ¿Por qué? – ella.
-
No importa. Pídeme lo de siempre… ¿te acuerdas?
- Sí claro… pero los bomboncitos son míos.
- Como siempre.
- Ven rápido. –le pidió ella.
- Ya estoy en camino.



Fin o principio, tú eliges.


guzsergi_230608

1 comentario:

Anónimo dijo...

Damu pa kmu to?.. Nano ni klase blog man?